10/5/12

Proceso de realización de un tránsfer

Contamos con un bastidor de dimensiones 40x40 cm. preparado con tres manos de gesso, como en anteriores ocasiones. A la hora de transferir la imagen, ésta debe haber sido impresa entre una y cuatro horas como mínimo y máximo, preferiblemente en impresora de tóner.
Mínimo 1 hora porque de lo contrario, a la hora de pasar el rodillo con el acetato diluido en agua por la imagen los colores se correrán. Y máximo 4 horas porque si no, no se transferirá la imagen, no se pegará la tinta.
Si vas a incorporar letras en tu composición debes tener en cuenta que ésta deberán estar impresas como si estuvieran en un espejo pues a la hora de transferir se invierte el sentido.

Descripción del proceso:
En una pequeña bandeja para utilizar con rodillo, se prepara una mezcla de agua y acetato 1:1.
Sobre la imagen se extiende esta disolución con un rodillo e inmediatamente después se pega al soporte procurando que no queden arrugas ni burbujas.


Lo dejamos secar al menos un día, antes de empezar a deshacer el papel. Con agua templada vamos mojando los dedos y mediante movimientos suaves deshacemos el papel, quédandose sólo la tinta, y con mucho cuidado de no llevarnos también la tinta y producir calvas.


A mí me salieron algunas. Disponía de otra fotocopia que salío mal y traté de disimular sobre todo las que estaban en los tonos más oscuros, pues son los que más se notan, haciendo unos mini tránsfer. Aunque se ha quedado el cerco del mini tránsfer, las calvas se han disimulado bastante bien, pero ésto es un trabajo de chinos. Mejor que no te salgan calvas.


Así, y con mucha paciencia, vamos eliminando todo el papel. Hay que dar varias pasadas pues aunque parezca que se ha ido, cuando seca, se queda como con un velo blanquecino.

Después aplicamos un capa de agua-cola (mucho agua y un poco de acetato), para que adquiera un aspecto algo "barnizado" y compense la pelusilla del papel que no podemos eliminar sin producir una calva.

Dejamos secar e intervenimos la imagen. Yo opté por pintar los trajes con un óleo muy aguarrasado, a modo de veladura, para que se vieran todos los matices de la fotografía. Ésto debe hacerce con el gesto del pincel, (como si estuvieras pintando los trajes, no como si estuvieras pintando una pared), para que visualmente no se separen las capas, de lo contario parecería un velo puesto encima.



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